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El abonado Alejandro Jordá pisó por primera vez el Club allá por 1974 en tiempos de la Real Sociedad Hípica Española Club de Campo. En la actualidad, está dedicado a la docencia hípica y nos cuenta cómo están viviendo el confinamiento los caballos estabulados en las instalaciones del Club.

"Estos animales son deportistas que necesitan hacer ejercicio y no lo pueden hacer cómo deberían. Gracias al Club pueden hacer algo del ejercicio que necesitan. Podemos sacarles una hora al día para pasear de la mano y darles cuerda, pero no montar, ni trotar, ni correr y se nota que lo echan de menos", comenta Jordá. 

"Los caballos lo están llevando, más o menos, bien, aunque unos lo sufren más que otros y a algunos se les hinchan las patas, comen mal o sufren cólicos. Mis consejos para quien tenga animales en el Club son que se aproveche al máximo el tiempo de paseo, que les den de comer lo justo y necesario y que, si notan algún problema más grave, llamen al veterinario", señala.

Ante las nuevas medidas de desescalada, Alejandro espera que "las autoridades competentes entiendan que la hípica es un deporte individual, que se hace al aire libre y que el Club dispone de una extensión tan grande de terreno que nos permitiría poder salir a montarlos sin riesgo, haciéndose de una forma ordenada y cumpliendo todas las medidas sanitarias y de seguridad".

Mientras llega ese momento, el abonado del Club ha dedicado gran parte del confinamiento al "bricolaje": "Antes hacía muebles, pero en estos meses me he dedicado a piezas sacadas de un libro de juegos del mundo. Ahora mismo estoy con un rompecabezas de bloques de construcción de madera".

Alejandro Jordá manda todo su ánimo al resto de abonados. "Debemos tener paciencia. Pronto estaremos disfrutando de nuevo del Club y de nuestros caballos", concluye.