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Posiblemente ya conozcas la comunicación que enviamos hace unos días a todos las personas del Club (http://ccvm.es/sites/default/files/noticias/doc/605714hipica_2.pdf). Aunque dirigida fundamentalmente a aquellas que utilizan habitualmente nuestras instalaciones ecuestres, creo que es importante para todos. En ella queremos mostrar por un lado nuestra inquietud ante algunos comportamientos y también nuestro compromiso y firmeza para evitarlos y proteger el interés general.

En el último Consejo de Administración, el pasado Diciembre, el primero para mí, intenté comunicar a sus miembros mi idea sobre lo que significa el trabajo hecho con Calidad. Les dije que en mi vida profesional siempre me había dejado guiar por lo que yo llamo la regla de las tres "C". Trabajar con Cabeza, Corazón y Constancia, les dije, son para mí la clave. En ese momento uno de los consejeros, persona de edad y experiencia, me hizo ver que me faltaba una "C", fundamental en nuestra labor en el Club en estos momentos: la "C" de Convivencia. Confieso que acepté de buen grado esta sugerencia, pero sin comprender del todo en ese momento su dimensión en el Club. Después, a medida que iban pasando mis días aquí he podido valorar su valor y trascendencia.

Nuestra comunicación sobre el buen uso de las instalaciones y servicios en la zona hípica, se verá muy pronto sucedida por otras similares sobre otras áreas del Club. Creemos que todas necesitan un recordatorio concreto acerca de las normas de uso que es necesario respetar para la buena convivencia y el mejor uso para todos. Necesariamente en estas comunicaciones tenemos que hablar del Reglamento Disciplinario vigente para, en última instancia, recurrir a èl y corregir posibles infracciones, pero ello es sólo para expresar que hoy en el Club hay una dirección y un equipo de gestores comprometidos con que éste sea un lugar ejemplar, tanto desde el punto de vista deportivo como humano. Un lugar para el disfrute del deporte y de la relación entre todos.

La comunicación y el entendimiento son nuestra prioridad, muy por encima de la sanción que nunca será para nosotros un objetivo en sí misma. Nuestro objetivo, en definitiva, es defender el derecho de todas aquellas personas del Club, la grandísima mayoría, que respetan las normas y tienen un comportamiento ejemplar. No podemos tolerar trampas ni abusos, ni en el deporte ni en la utilización impropia de los recursos comunes. Es inadmisible que se haga un uso irracional e irresponsable de algunos de ellos simplemente porque "si yo lo pago, yo decido"... se me remueve la conciencia cuando veo, por ejemplo, personas en nuestra piscina que utilizan tres o cuatro toallas, incluido limpiarse los zapatos con ellas... me pregunto si estas personas harán lo mismo en sus casas... eso sin valorar que más allá del coste de su limpieza (130.000€ cada año!!), hay detrás un consumo de agua, detergente, etc... que tiene un alto impacto medioambiental y que debe preocuparnos tanto o más que el coste para nuestras arcas. Como éste podría citar bastantes más desatinos, cuya evitación no puede ser sólo un problema de los profesionales que en estos momentos gestionamos esta casa. Hacer del Club un lugar perfecto para el deporte y para la vida es cosa de todos.

Pero volvamos a la "Convivencia" y su esencia. Convivir en gran medida es ponerse en el lugar del otro; si pensamos en el interés y derechos de los demás y no sólo en los nuestros, estaremos en el camino correcto. De manera que "Convivencia" y "Solidaridad" seguramente son estaciones de un mismo tren. Por ello te recomiendo que participes en la III Carrera Solidaria del Club que se celebrará en Marzo y que en esta edición estará dedicada a los refugiados. Es la combinación perfecta entre Deporte y Solidaridad, que deben ser nuestras dos señas de identidad más importantes frente a la Sociedad, muy lejos de esa imagen de Club selectivo  (y seguramente clasista para muchos...) que creo que pertenece a otro momento ya pasado.

El Club de Campo es único en España y motivo de orgullo para todos: sus deportistas (de cualquier edad, condición y nivel...), sus gestores, sus directivos...  y también para la sociedad madrileña en su conjunto. A nosotros, los que tenemos el privilegio de gozar y trabajar en él, nos corresponde defender y acrecentar ese prestigio que ya tenemos. La mejor herramienta para lograrlo es hoy, sin duda, una convivencia ejemplar.

Joaquín Ballesteros

Gerente