29.05.2015.
El Club de Campo es una de las áreas deportivas de mayor extensión en Madrid. Las zonas verdes e instalaciones deportivas de las que podemos disfrutar requieren, de manera constante, de uno de los recursos naturales más preciados, el agua.
Las instalaciones deportivas precisan ser regadas para mantener las cualidades técnicas de sus superficies, ya sean naturales o artificiales, y que su estado óptimo evite posibles lesiones de los deportistas. Es importante también que tengan una superficie adecuada y uniforme para el buen desarrollo de los entrenamientos diarios y las competiciones que se disputan.
Estas áreas son:
- Hípica: Pistas de geotextil, de arena de sílice y de césped natural.
- Tenis: pistas de tierra batida.
- Pádel: pistas de césped artificial.
- Golf: recorridos, canchas de prácticas, zonas de putting green y approach.
- Hockey: campos de hierba artificial.
Las áreas verdes de esparcimiento son otro elemento importante dentro del Club de Campo, así como las zonas de jardinería y el llenado de nuestras tan preciadas piscinas.
Para hacer frente a todas y cada una de las citadas necesidades hídricas, el Club de Campo cuenta anualmente con una dotación de agua de riego limitada.
Teniendo en cuenta nuestro sincero compromiso con el medio ambiente y con el uso eficiente de los recursos naturales, la distribución del agua se realiza en función de las necesidades de cada instalación, el uso de las mismas y, por supuesto, la climatología.
Los primeros meses de 2015 se han caracterizado por las escasas precipitaciones, un 49% por ciento menos que en el mismo período del año pasado, lo que nos ha dejado un significativo déficit pluviométrico: del 1 de enero al 15 de mayo se han recogido 97,4 litros/m2, frente a los 191,2 litros/m2 del mismo periodo en 2014.
Estos datos nos han obligado a priorizar las zonas de riego. En concreto, se están atendiendo a aquellas áreas ó superficies deportivas más susceptibles de sufrir daños y que son más difíciles y costosas de recuperar, y además se están teniendo en cuenta las necesidades de aquellos deportes cuyas superficies de uso exigen un riego mínimo para su utilización.
En el resto de instalaciones estamos aplicando dosis de riego mínimo, y en las zonas ajardinas se está manteniendo el suelo con humedad suficiente para no llegar a su punto de marchitez permanente.