Noticias

Open de España

Recuerdos del último Open en el Club

De izda. a dcha: Andrés Nieto, Manuel Bastarreche y Alfonso Piñero. Foto: EGD

La última vez que el Club fue el escenario del Open de España de golf se remonta a 1996, hace 23 años. Para recordarlo, tres personas que lo vivieron desde diferentes perspectivas se han sentado a charlar en el Pabellón Social sobre aquel acontecimiento y sus recuerdos.

“Me acuerdo, sobre todo, de Seve (Ballesteros). Le seguía a todos sus partidos, con dos hijos míos. Al pequeñito le llevaba corriendo para verle a él y a Olazábal. Era un espectáculo ver jugar a Seve. Se aprende mucho viéndoles jugar en vivo y en directo. Sólo con ver a un profesional hacer bien el swing ya aprendes. La imitación es importantísima para progresar. No lo puedes hacer como ellos, pero lo intentas”, comenta Manuel Bastarreche, abonado del Club desde hace más de 60 años y jugador aficionado.

LA GRAN DIFERENCIA, LOS MATERIALES

En aquel 1996, sobre el campo estaba jugando Alfonso Piñero, profesional, Consultor de apoyo al equipo de mantenimiento y Dirección del Club y profesor en la Escuela de Golf: “La gran diferencia entre mi época y la actual es la mejora en los materiales, tanto palos como bolas. También es distinto el ambiente que había entre nosotros. En los 80 y 90, los españoles íbamos a los torneos en grupo, no teníamos coach, ni toda la gente alrededor que llevan ahora. Entre nosotros nos hacíamos de psicólogos, de profesores, de consejeros y de lo que fuera. Ahora es todo más individual y cada golfista tiene su propio equipo de trabajo. A los jugadores siempre nos ha gustado mucho el campo del Club porque está muy cerca del centro de Madrid y porque tiene una de las cosas más importantes para nosotros: un buen campo de prácticas para entrenar. Los jugadores le damos un valor tan alto como al campo”.

En la preparación de ese campo de juego y de prácticas lleva trabajando desde 1994 Andrés Nieto, encargado actual de mantenimiento, quien también estuvo en el Open de España de 1996. “Desde entonces ha evolucionado mucho la maquinaria, que ahora es más ligera, lo que evita daños en el recorrido. El recuerdo que tengo es entrar a las 5.30 de la mañana, preparar el campo para cuando llegaran los jugadores, terminar ellos y volver a hacer labores. Lo que no ha cambiado es echarle horas, horas y horas”, señala.

UNA FOTO CON OLAZÁBAL

Andrés Nieto asegura que “los profesionales son los primeros que reconocen nuestro trabajo. En mi memoria siempre quedará el detalle que tuvo Chema Olazábal de venir a darnos la enhorabuena al equipo de mantenimiento y hacerse una foto con nosotros. Espero ver el último hoyo como aquel año, que estaba abarrotado de gente y en el que los cuidadores y mantenimiento íbamos protegiendo con cuerdas a los jugadores y teníamos que ponernos fuertecitos porque el público nos tiraba”.

“Estoy convencido de que se van a romper récords de asistencia. Habrá una afluencia masiva de espectadores”, afirma Alfonso Piñero, quien también destaca “la ilusión de los más de 1.000 niños de la escuela, que llevan varios meses soñando con el Open, y los abonados que están desenado volver a verlo en el Club o disfrutarlo por primera vez”.

Para concluir, Manuel Bastarreche subraya la importancia del regreso del torneo: “Me alegro mucho de que volvamos a tenerlo aquí porque es bueno para los jugadores-abonados, porque es muy atractivo ver lo que hace un profesional en el campo que juegas tú habitualmente; para los aficionados, porque tenemos así la oportunidad de ver a los profesionales de cerca; para el campo, porque se cuida todavía más, y para el prestigio del Club. Estoy deseando ver a Sergio García, por su talento, y a Jon Rahm, por cómo le pega”.

Galería